Desde la pediatría funcional, entendemos que un sueño reparador es vital para el desarrollo integral de los niños. Aquí te comparto cinco consejos esenciales para ayudar a tu hijo a dormir mejor, basados en el establecimiento de hábitos y rutinas saludables desde temprana edad.
1. Crear Rutinas Consistentes
Desde bebés, es fundamental establecer una rutina constante para la hora de dormir. Los niños prosperan con la previsibilidad, por lo que seguir el mismo patrón cada noche les proporciona una sensación de seguridad y ayuda a preparar sus cuerpos para el sueño. Incluye actividades tranquilas como un baño, la lectura de un cuento o escuchar música suave, pero asegúrate de que estas actividades no estén directamente asociadas al momento exacto de quedarse dormidos.
2. Fomentar la Independencia en el Sueño
Uno de los principios clave es enseñar a los niños a dormirse por sí mismos. Si el niño llora, en lugar de dejarlo llorar, acude a intervalos regulares para calmarlo sin sacarlo de la cuna. Este enfoque reduce la angustia y le enseña que puede sentirse seguro y calmarse solo. Con el tiempo, asociará el sueño con su cuna y sus objetos de confort, como un muñeco o chupete, es fundamental establecer una rutina constante para la hora de dormir.
3. Evitar el Movimiento como Asociado al Sueño
Es común que los padres utilicen el movimiento para dormir a sus hijos, ya sea meciéndolos en brazos, en una silla mecedora o en el coche. Sin embargo, esto puede llevar a que el niño dependa de este movimiento para volver a dormirse durante la noche. En su lugar, utiliza la voz calmante o canciones suaves. Esto no solo es más sostenible a largo plazo, sino que también fortalece el vínculo afectivo sin crear una dependencia de estímulos que no se puedan mantener toda la noche.
4. Establecer un Entorno de Sueño Adecuado
El entorno en el que duerme tu hijo juega un papel crucial en la calidad de su sueño. Asegúrate de que su habitación esté oscura y tranquila, lo cual ayuda a la producción de melatonina, la hormona del sueño. El uso de ruido blanco puede ser beneficioso para minimizar los sonidos exteriores que puedan interrumpir el sueño. Además, asegúrate de que siempre tenga acceso a sus objetos de confort, como su cobija o peluche, que le proporcionan seguridad durante la noche.
5. Desvincular la Presencia de los Padres del Sueño
Esto aplica después de los 6 meses o cuando ya no está en la habitación de los papás. Es importante que tu hijo aprenda a asociar el inicio del sueño con la ausencia de los padres. Significa que después de la rutina nocturna, debes dejar la habitación mientras él todavía esté despierto. De esta manera, cuando despierte durante la noche, no sentirá la necesidad de tu presencia para volver a dormirse. Esta independencia en el sueño es un paso crucial para que los niños desarrollen hábitos de sueño saludables y sostenibles.
Implementar estos consejos puede requerir tiempo y paciencia, pero los beneficios para el bienestar de tu hijo son inmensos. Al crear un entorno seguro y constante para dormir, y al fomentar su independencia en el proceso de quedarse dormido, estarás promoviendo un sueño saludable y reparador que es fundamental para su desarrollo y felicidad. Recuerda que cada niño es único, así que adapta estos consejos a las necesidades y ritmos específicos de tu hijo.
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