Las sopas son parte integral de la alimentación familiar y es uno de los alimentos más dados por la mayoría de los padres al iniciar la alimentación complementaria en bebés.
Si eres abuela no vas a querer leer esto, pero no se recomiendan las sopas en la alimentación infantil, especialmente durante la alimentación complementaria.
Te estarás preguntando ¿Por qué?
Muchas veces vemos la sopa como una opción para dar los vegetales que el niño no quiere comer, o para que coma algo más saludable. Pero, la realidad es que las sopas no tienen tanta densidad de nutrientes. Las verduras que usamos en la sopa se han cocido, licuado, colado y mezclado con agua. En el mejor de los casos usarás un caldo vegetal o animal natural para darle sabor. En el peor de los casos, usarás cubos de caldo (por favor no los utilices ya que son bastante dañinos y altos en sodio y aditivos).
Las sopas no nos ayudan a que los niños desarrollen buenas habilidades de masticación. Cuando los niños se acostumbran a las coladas, sopas y papillas durante largo tiempo, sin hacer transición de texturas hacía semisólidos y sólidos es más frecuente que presenten problemas para masticar y tragar estas texturas más complejas en el futuro.
Es importante que los niños aprendan a reconocer y explorar las texturas naturales de los alimentos. Cuando presentamos la sopa, no les permitimos la posibilidad de identificar y reconocer cada verdura con su sabor natural.
¿Esto significa que nunca podré dar sopas?
No, pero es muy recomendable que los niños desarrollen habilidades de masticación y consuman alimentos de alta densidad nutricional en esta etapa del desarrollo.
Las sopas tienen una consistencia más líquida, y en mi opinión, lo ideal es hacer una transición de texturas. Ofrece una textura tipo macerado, machacado, grumoso o semi sólido para que el niño la tome y se la lleve a la boca, de manera que pueda estimular sus habilidades en el neurodesarrollo, una textura líquida como la sopa no permite mejorar este tipo de habilidades.
No a las sopas, mejor realiza una transición de texturas.
Recuerda que es muy importante que los bebés inicien el desarrollo de sus habilidades de masticación. Por esa y todas las razones mencionadas anteriormente, no te recomiendo iniciar la alimentación de tu bebé con sopas (aunque la abuela te lo recomiende).
Muchas veces las sopas también pueden parecer una alternativa muy llamativa si no sabes qué recetas preparar. Pero existen muchas maneras de incluir la proteína. En mi libro Enséñales a comer para toda la vida te comparto algunas recetas saludables y te acompaño en este camino de la alimentación complementaria.
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